Octubre 20, 2020 | Business Decision-Making

 

by José A. Miranda, Lillian Symonds

La COVID-19 obliga a las empresas establecer planes estratégicos y ejecutar la transformación tecnológica.

 

La transformación tecnológica juega un papel clave dentro del plan estratégico de las compañías, simplificando la estructura organizacional y estandarización de los procesos, lo que permite agilizar la toma de decisiones.

Si todas las crisis se enfrentan con temor e incertidumbre, algo con lo que las personas y las compañías no suelen hacer buena pareja de baile, la COVID-19 está rompiendo todas las posibles alternativas que se hubieran podido diseñar hasta en los peores escenarios establecidos.

Sin embargo, y ante tal nivel de dificultad en el que aún se desconoce cuál será el impacto de la pandemia sobre el nuevo escenario global, tanto a nivel económico, social o político, lo queda claro es que las compañías han de prepararse para hacer negocios de una manera diferente, gestionarse de una forma diferente, y establecer un nuevo marco de relación entre empresa y trabajador.

Por lo tanto, la forma de afrontar la próxima década por parte de los ejecutivos será con base en los cambios que se necesitarán implementar en la organización en todos los niveles durante los próximos seis o doce meses, para adaptarse a las necesidades del mercado y seguir siendo sostenibles en el medio y largo plazo.

En dicho contexto, el gran cambio viene de la mayor concientización por parte de los ejecutivos sobre los cambios que han de llevarse a cabo en la organización.

Aunque algunas tendencias son más claras, a continuación, se enumeran siete cambios que tendrán que tomarse en cuenta por parte de los directivos:

1. Agilidad en la toma de decisiones.El proceso de toma de decisiones ha de ser mucho mas ágil dentro de la organización, por lo que se simplificarán las estructuras organizacionales, reduciendo la verticalidad de estas, concentrando el poder de decisión en menos personas que tendrán un mayor nivel de responsabilidad.

2. Mejor definición de las tareas. Uno de los cambios más importantes vendrá de la mayor definición de las tareas de cada una de las personas dentro de la organización, por lo que se rediseñarán los job description de los roles para abordar el reto de la transformación tecnológica con la incorporación de nuevos perfiles de profesionales más especializados (probablemente, muchos de ellos aún no existen dentro de la compañía actualmente). A su vez, la gestión de estas nuevas personas será un reto, lo que afectará a toda la organización, ya que provocarán un cambio más ágil en la forma de hacer las cosas.

A la transformación tecnológica de las compañías se une la necesidad de adaptación de las personas al cambio. Por lo tanto, ahora más que nunca, el liderazgo de los directivos se convierte en una cualidad crítica para la sostenibilidad del negocio a corto y medio plazo.

3. Simplificación de los procesos. Se estandarizarán todas aquellas tareas que son repetitivas y que apenas aportan valor dentro de la organización, por lo que se implementarán nuevas plataformas que permitirán incrementar la productividad de una forma rápida y eficiente; o, sencillamente, muchas de esas tareas desparecerán. Estos procesos afectarán, sobre todo, a las áreas administrativas o de back office.

4. Reducción de la deuda financiera. Durante los últimos diez años, las compañías han incrementado de una manera importante su posición de deuda financiera; y en el entorno actual de necesidad de máxima liquidez, comenzará un periodo de desapalancamiento forzoso que provocará la renegociación de las condiciones de financiación. Esta situación obligará a muchas compañías a reducir su tamaño, lo que será aprovechado por aquellas otras que tengan una mejor situación financiera para mejorar su posición en el mercado.

5. Rediseño de la estrategia comercial. La mayor digitalización de los clientes está llevando a las compañías a reforzar los canales de distribución y venta online, por lo que la estructura comercial se verá afectada de una forma más agresiva. Se ajustarán los costos comerciales, sin reducir los objetivos establecidos, por lo que tendrán que llegarse a acuerdos con terceros que hasta ahora no formaban parte de la estrategia comercial.

6. Mayor fuerza de los emprendedores. La obligación de las compañías a reducir los riesgos financieros hará que se incrementen los niveles de desempleo a nivel global, sobre todo en aquellas industrias o mercados con bajo nivel de automatización de los procesos, por lo que muchas personas se verán obligadas a emprender sus propios negocios. Sin duda, el reflejo de toda esta actividad se verá en cinco o diez años, donde muchas de estas compañías serán las que agilicen y marquen el ritmo del mercado en cada una de las industrias.

Y aunque el hándicap de la implementación 5G será una barrera en muchos países, se incrementarán las oportunidades de éxito de emprendedores globalmente, ya que la tecnología será adquirida en cualquier lugar, sin grandes costes de infraestructura. Iniciativas de digitalización como en Estonia o Israel, o la Economía Naranja de Colombia, serán ejemplos de cambio seguidos en todo el mundo.

7. Flexibilidad de las relaciones laborales. Si algo está cambiando durante los últimos meses es la relación laboral entre empleados y empleadores. El comprobar que se puede tener un alto rendimiento y ser productivos sin acudir a una oficina durante el horario tradicional, junto con la necesidad de las compañías de reducir los costos fijos, hará que trabajar a distancia sea una opción mucho más demandada por una parte importante de los trabajadores. Como consecuencia, es probable, que esto traiga nuevas formas de relación laboral, remuneración y vinculación, con un mayor foco en los objetivos y que fomenten una mayor flexibilidad entre ambas partes.

Existen otros muchos cambios que se van a llevar a cabo, y de los que ahora no somos conscientes. Y algunos sectores, hasta ahora más inmóviles desde el punto de vista tecnológico, como la Educación, darán un paso adelante con modelos de enseñanzas mixtos, que combinen módulos asíncronos y presenciales.

Todos los que conformamos la fuerza laboral actual, sin excepción alguna, estamos abocados a un cambio como nunca antes habíamos visto. Y las compañías necesitan directivos con mayor flexibilidad, visión estratégica y abiertos a colaborar con otras empresas algo que, en muchas ocasiones, no formaba parte del plan estratégico.

Si queremos formar parte de este proceso de cambio que nos queda por delante, hemos de adaptarnos y salir de la zona de confort. ¡No nos queda de otra!

 

José A. Miranda es Managing Partner en Naawa,Lillian Symonds es Partner Business Solutions Partner en Naawa.

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