Mayo 11, 2022 | Business Transformation

 

por Sebastián Morales, José A. Miranda

La aceleración de los cambios globales es cada vez mayor, los ciclos de cambio más cortos, lo que obliga a tomar decisiones con mayor rapidez.

 

La tensión geopolítica vislumbra consecuencias inmediatas en todos los sectores de la actividad económica a nivel global.

Han pasado dos años desde el comienzo de la pandemia por COVID-19. El confinamiento obligó a realizar cambios en la forma de gestionar compañías, acelerando la digitalización y la implementación de tecnología en el proceso de gestión y comercialización de productos y servicios.

Por un lado, el Ecommerce se ha convertido en una parte fundamental de nuestras vidas debido al aislamiento social, siendo ahora una opción de comprar tan accesible, o mayor incluso, como cualquier otra para los consumidores.

Por otro lado, la tensión comercial generada a nivel global por la guerra en Ucrania ha obligado a las compañías a fortalecer el intercambio comercial de mayor cercanía, ya sea local o regional, contrayendo la globalización iniciada en la década de los 90’s. De ahí, el incremento de la eficiencia de la cadena de suministros se ha convertido en uno de los mayores retos que las empresas aún intentan resolver a través de la búsqueda de reducción de costos en mano de obra, maquila y acceso a materias primas. Sin duda, este desafío conllevará un mayor impulso de la digitalización de los procesos dentro de las organizaciones, y una necesidad de rediseñar la estrategia de las compañías a medio y largo plazo en todas sus áreas, como se detalla a continuación:

1. Energía

Rusia es el segundo país productor de gas natural y se encuentra dentro de los tres principales países productores de petróleo (International Energy Agency, 2022). La reacción internacional focalizada en las sanciones internacionales debido a la guerra que ha iniciado en Ucrania está teniendo un enorme efecto sobre el incremento del precio de los combustibles fósiles. Solo como ejemplo, el precio del petróleo se disparó casi un 90% durante los últimos 12 meses, lo que ha llevado a Nigeria a ser el primer país del mundo en dejar en tierra a los aviones de las compañías aéreas por incurrir en pérdidas operacionales por dicho efecto.

Por lo tanto, lo que podría ser una crisis energética de corto plazo, puede convertirse en un cambio de paradigma de las relaciones comerciales en el medio y largo plazo a nivel global.

2. Alimentos

Rusia exporta el 13% de los fertilizantes (Nicas, 2022), Ucrania el 18% del comercio de la cebada y el 12% del trigo (Braun, 2022).

Por lo tanto, el incremento de los precios del trigo (+21%), la cebada (+33%) y de los fertilizantes (+40%) han tenido como consecuencia el mayor nivel del índice del precio de los alimentos, según la serie histórica del FAO Food Price Index.

Para combatir esta subida sin control de los precios, algunos países como Malasia o México están intentando subsidiar el precio de algunos alimentos básicos que componen la canasta de compra, aunque con unos resultados por debajo de los esperados.

3. Tecnología

Ucrania produce alrededor del 50% del gas neón a nivel global (Alper, 2022), material utilizado para la fabricación de semiconductores, fundamental para la manufactura de chips, limitando la venta de productos Electrónicos o Automóviles, y poniendo en riesgo el desarrollo tecnológico de todas las industrias.

Por lo tanto, nos encontramos ante un escenario adverso para los mercados, las compañías de todo el mundo y, sobre todo, para los consumidores.

Un gran reto que supone un riesgo para el desarrollo de las energías alternativas, y que impulsa la producción y el consumo de alimentos locales para enfrentar la crisis inflacionaria en todos los sectores.
En cualquier escenario, esto implica un replanteamiento de la cadena de logística y suministros, impactando no solo el sector Energético, Alimenticio o Tecnológico, sino en cualquier actividad comercial.

En una coyuntura de crisis y constantes cambios globales, se abre una oportunidad en América Latina para consolidarse como líder mundial en la producción de energías renovables y alimentos, con lo que debe afrontar el gran reto que supone el desarrollo tecnológico.

Por todo lo anterior, América Latina se encuentra ante una excelente oportunidad de aprovechar la consolidación del desarrollo de estos tres sectores, los cuales impactan sobre todas las industrias.

En el sector Energético se abre la posibilidad por impulsar energías renovables que busquen disminuir la huella de carbono, donde América Latina tiene un rol fundamental a nivel mundial (IEA, 2021).

América Latina y el Caribe aportan el 14% de la producción de alimentos a nivel mundial, así como el 45% del comercio de productos agroalimenticios, lo que proyecta a Latinoamérica como una región clave globalmente.

Sin embargo, América Latina tiene un enorme reto en el desarrollo y adopción de tecnología e innovación. Aunque Brasil, Chile y México son los países que encabezan la región, aún se encuentran muy por detrás de los principales países como Estados Unidos, Suiza, Reino Unido, Suecia o Singapur (UNCTAD, 2021).

Las olas de cambio actuales se suceden en periodos cada vez más cortos, menores de 5 años, y se componen de Crisis, Contracción y Desarrollo, todas ellas con un mayor impacto a nivel mundial. Por lo tanto, el gran reto para las compañías en América Latina será establecer estrategias de generación de datos, las cuales faciliten establecer nuevas soluciones y estructuras flexibles que permitan la toma de decisiones ágiles para hacer frente a un futuro de continua incertidumbre.

José A. Miranda es Managing Partner en Naawa, Sebastián Morales es Data & Technology Manager en Naawa.

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