Marzo 17, 2022 | Business Transformation

 

por Daniela Baltazar, José A. Miranda

La pandemia obligó a dar un salto tecnológico, ha llegado el momento de su madurez.

 

Para muchas empresas, especialmente para las pequeñas y medianas, apostar por la tecnología sigue siendo un salto a lo desconocido.

En la actualidad, todavía existe un número significativo de líderes renuentes al cambio que, por temor y/o desconocimiento de lo que está por venir, prefieren permanecer en ese estatus quo.

Aunque, generalmente, la decisión de invertir o no en tecnología está basada en la mejora de la eficiencia de los procesos a través de la automatización, muy pocos directivos priorizan la gestión de datos, la búsqueda de patrones de comportamiento y los modelos de predicción, los cuales permiten el aprendizaje continuo y el desarrollo de buenas prácticas de gestión.

Otras veces existen catalizadores que obligan a las empresas a apostar por la tecnología; sin duda, el gran motor del cambio fue la pandemia por COVID-19.

Así, desde 2020 se percibió un aumento como nunca visto del trabajo remoto, el intercambio de bienes y servicios digitales y el surgimiento de startups tecnológicas.

Más allá del retail, categorías como supermercados, restaurantes, automóviles y bienes inmobiliarios fueron parte de esta transformación que cambió la forma en la que adquirimos productos, contratamos servicios, enviamos o recibimos “cosas”, o pagamos por nuestras compras.

Antes de la pandemia se pronosticaba para América Latina un crecimiento del comercio electrónico del 12.5% para el 2020; sin embargo, el crecimiento real incrementó 5 veces lo esperado hasta alcanzar el 63.3%, lo que reflejó la enorme transformación de los hábitos de los consumidores y de las empresas en un tiempo récord.

Si bien grandes compañías como Mercado Libre y Amazon conservan el dominio, el ágil crecimiento ha permitido la aparición de jugadores que se están abriendo paso en las diferentes categorías.

Fuente: Atlántico (2021). La Transformación Digital de América Latina-2021.

Tras India y Filipinas, México es uno de los mercados que han liderado el crecimiento del comercio electrónico a nivel global durante los últimos tres años con aumentos anuales que llegan hasta el 35%, lo que ha significado duplicar el valor de mercado del comercio electrónico mexicano durante este periodo hasta alcanzar los $401.3 mil millones de pesos en 2021.

Sin embargo, este impulso está teniendo dos velocidades de avance:

  • Por un lado, las grandes compañías aprovecharon la pandemia para fortalecer y consolidar su posición en el mercado, para después realizar grandes inversiones en tecnología para el canal de venta, logística, operación, entrega y talento, las cuales van a permitir incrementar la cuota de ventas en línea a medio y largo plazo.
  • Por otro, muchas empresas pequeñas y medianas se acercaron a la virtualidad por primera vez, lo que les hizo generar ingresos extras durante la pandemia, pero que una vez se está regresando a “la normalidad”, deja de tener una prioridad estratégica.

TECNOLOGÍA + DATOS + APRENDIZAJE = CAMBIOS EN TODA LA ORGANIZACIÓN

Cabe mencionar que, aún con esta economía virtual en expansión donde las barreras geográficas han disminuido de forma considerable, esta apatía digital se manifiesta, ya que, aunque seis de cada diez empresas afirman tener confianza en adoptar nuevas tecnologías, tan solo tres de cada diez son conscientes de que posponer su inversión en ella las haría tener un peor desempeño (Harvard Business Review, 2022).

En México, debido al avance de la penetración de internet (74% de la población total) y al incremento del tiempo de uso de los mexicanos, con un promedio de 8:55 horas al día, según We Are Social Global Overview (2022), el avance de la digitalización se está viendo reflejado en un fuerte crecimiento de las ventas a través de los canales digitales, el aumento de la eficiencia de la cadena de suministro y de las operaciones internas, y en unas interacciones mucho más ágiles y personalizadas de la gestión de clientes.

Y es que, de ahora en adelante, los facilitadores clave que permitirán sostener esta expansión son la logística, las plataformas en línea y los métodos de pago.

Para alcanzarlo, las empresas deben tomar en cuenta que esta transformación digital implica mucho más que la adopción de tecnología, ya que involucra la gestión de datos, y la generación del aprendizaje continuo, lo que conlleva cambios en toda la estructura organizacional.

Esto, sin duda, puede representar un temor para el tomador de decisión, por lo que, para cualquier empresa de cualquier mercado, la agilidad, flexibilidad y creatividad son piezas clave del proceso de digitalización, donde si bien se trata de aumentar la velocidad y la eficiencia, también se da un espacio para el aprendizaje y la mejora continua.

Si bien es cierto que el camino estará lleno de cambios y retos que plantea el mercado, todo negocio debe tomar en cuenta esta realidad para alcanzar sus objetivos a largo plazo, por lo que un salto tecnológico no significa dar un salto a lo desconocido, sino al futuro.

 

José A. Miranda es Managing Partner en Naawa, Daniela Baltazar es Consultant en Naawa.

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